Las calmas del Meditrerráneo se mostraron implacables en la X edición de la regata Sitges-Ciutadella. En previsión de vientos débiles, el Comité recortó en 10 millas el recorrido, dando la salida mar adentro, a partir del momento en que se encontraron condiciones de viento mínimamente establecido. Las brisas, una vez fuera del desvente del macizo del Garraf, aunque débiles, permitieron a la flota navegar durante buena parte de las horas de luz del viernes. Sin embargo, al caer la tarde, toda la flota se vio atrapada por las calmas. Llegada la noche del viernes, considerando las pocas millas recorridas hasta el momento, y el parte meteorológico, que apuntaba la entrada de viento estable pero débil y de proa, en la
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