J.S. BACH – Weihnachts-Oratorium

Jordi Savall, La Capella Reial de Catalunya, Le Concert des Nations

25,99


A finales de mayo de 1723, Johann Sebastian Bach ocupó por fin el puesto de kantor de las cuatro iglesias del casco antiguo de Leipzig. En aquel momento comenzó la última etapa de su vida, sin duda una de las más intensas desde la perspectiva creativa. Durante los siguientes seis años, Bach se enfrentaría a la ingente tarea de completar al menos cuatro ciclos completos de cantatas para todo el año litúrgico. En la práctica, eso significaba la composición de unas 60 cantatas anuales, correspondientes a todos los domingos y fiestas de guardar. Una tarea imponente que, además, tuvo que compatibilizar con su responsabilidad como director de los servicios litúrgicos al frente del coro de la Thomaskirche.


ALIA VOX AVSA9940
CD1 : 75’44
CD2 : 68’07
J.S. BACH
Weihnachts-Oratorium
Oratorio de Noël – Christmas Oratorio
(BWV 248)

CD1

1-9. I. TEIL – Jauchzet, frohlocket, auf, preiset die Tage 25’52
Am ersten Weihnachtsfeiertag

10-23. II. TEIL – Und es waren Hirten in derselben Gegend 27’03
Am zweiten Weihnachtsfeiertag

24-36. III. TEIL – Herrscher des Himmels, erhöre das Lallen 22’45
Am dritten Weihnachtsfeiertag

CD2

1-7. IV. TEIL – Fallt mit Danken, fallt mit Loben 21’42
Am Feste der Beschneidung Christi

8-18. V. TEIL – Ehre sei dir, Gott, gesungen 23’08
Am Sonntag nach Neujahr

19-29. VI. TEIL – Herr, wenn die stolzen Feinde schnauben 23’14
Am Feste der Erscheinung Christi

Katja Stuber soprano · Raffaele Pe contre-ténor
Martin Platz ténor · Thomas Stimmel basse

LA CAPELLA REIAL DE CATALUNYA
Lluís Vilamajó préparation de l’ensemble vocal

LE CONCERT DES NATIONS
Manfredo Kraemer concertino

Direction : JORDI SAVALL

Enregistré les 17 et 18 de décembre 2019 au Palau de la Música Catalana, Barcelone
Enregistrement, Montage et Mastering SACD : Manuel Mohino (Ars Altis)

UN ORATORIO MUY PERSONAL

A finales de mayo de 1723, Johann Sebastian Bach ocupó por fin el puesto de kantor de las cuatro iglesias del casco antiguo de Leipzig. No había sido el ganador inicial en aquellas oposiciones, pero los primeros clasificados, Georg Philipp Telemann y Christoph Graupner, renunciaron por diferentes motivos a ocupar el cargo y dejaron vía libre a Bach, que era el siguiente clasificado. En aquel momento comenzó la última etapa de su vida, sin duda una de las más intensas desde la perspectiva creativa. Durante los siguientes seis años, Bach se enfrentaría a la ingente tarea de completar al menos cuatro ciclos completos de cantatas para todo el año litúrgico. En la práctica, eso significaba la composición de unas 60 cantatas anuales, correspondientes a todos los domingos y fiestas de guardar. Una tarea imponente que, además, tuvo que compatibilizar con su responsabilidad como director de los servicios litúrgicos al frente del coro de la Thomaskirche.

Superados aquellos seis primeros años, Bach parece entrar en un segundo período creativo. Por un lado, ha conseguido concluir una cantidad suficiente de cantatas que garantizan holgadamente las necesidades musicales litúrgicas de los años siguientes, durante los cuales sólo escribirá un quinto ciclo completo. Así, completó un total de tres centenares de cantatas, de las hemos conservado poco más del 60%. Por otra parte, es probable que sus relaciones, nada fáciles, con las autoridades eclesiásticas de aquella comunidad luterana, también indujeran en él cierto desánimo. Todos esos elementos influyeron en 1729 a la hora de aceptar el nuevo cargo de director del Collegium Musicum, fundado en 1704 por Georg Philipp Telemann. Se trataba de una orquestra aficionada formada principalmente por estudiantes de la Universidad de Leipzig y que ensayaba en una de las salas del céntrico y concurrido Café Zimmermann. Bach dirigió entonces buena parte de la energía creativa que había destinado hasta ese momento a la composición del material litúrgico a la preparación del nuevo repertorio del Collegium Musicum, formado sobre todo por obras orquestales. A menudo eran adaptaciones de composiciones previas, escritas en los años en que trabajó de Kapellmeister al servicio del príncipe Leopoldo de Köthen. Mayoritariamente eran conciertos para violín u oboe solistas, muchos de ellos hoy perdidos, que en Leipzig se convirtieron en conciertos para clave y orquestra. Si bien, para las ocasiones especiales, Bach compuso una parte muy importante de las Cantatas que hoy conocemos como profanas, muchas de ellas destinadas a celebrar acontecimientos significativos de la ciudad de Leipzig, como fiestas o visitas de algunos miembros de la familia de Augusto el Fuerte de Sajonia.

EL ORATORIO DE NAVIDAD

Para la celebración de las fiestas navideñas del invierno de 1734-1735, Bach decidió escribir un ciclo de cantatas destinadas a las necesidades litúrgicas de esas fechas y que consistían básicamente en cubrir lo que solían ser los siete días de celebración. Es decir, el 25, día de Navidad, el 26, día de san Esteban, el 27, día de san Juan Evangelista, el domingo anterior a Nochevieja, el primero de enero, el domingo anterior a la Epifanía y por último, el día 6, la Epifanía. El azar quiso que en 1734 el 26 fuese domingo, por lo que Bach sólo tuvo que escribir seis cantatas, en lugar de siete, para cubrir todos los oficios de aquellas fiestas.

Uno de los rasgos que más llama la atención del material musical empleado por Bach en el Oratorio de Navidad es que se trata de movimientos recuperados de algunas de las mencionadas Cantatas Profanas que había escrito en años anteriores para el Collegium Musicum. De ese modo, y repartidos por todo el oratorio, podemos escuchar fragmentos de las cantatas BWV 213 y BWV 214, escritas en 1733, también de la BWV 215, escrita pocos meses antes de aquella Navidad, e incluso de una cantata hoy perdida a partir de la cual elaborará, prácticamente por entero, la última parte del ciclo destinada a la Epifanía. La tarea de adaptación consistió, claro está, en cambiar toda la parte literaria y adaptar al mismo tiempo las partes musicales al nuevo texto litúrgico. Por lo tanto, podemos decir que nos encontramos ante un pequeño compendio de la obra de Bach hecha por el propio Bach. Lo mismo sucede en la extraordinaria Misa en si menor, una misa solemne católica completa con todas las partes del ordinario litúrgico, construida a partir de fragmentos de diversas cantatas luteranas que el compositor había escrito en años anteriores. Una técnica de trabajo en la que Bach sobresale gracias a su habilidad para aprovechar la esencia fundamental de la expresión de esas obras y al tiempo modificar sólo lo que considera más circunstancial, sin desmerecer ni un ápice el resultado final.

¿UN ORATORIO?

La estructura de cada una de las seis cantatas de este oratorio responde al formato habitual que el compositor suele usar el resto del año. Es decir, un coro inicial, seguido de una selección de recitativos y arias, con un coro/coral final. A partir de aquí podemos pensar que son sólo seis cantatas rutinarias, pero gracias al libretista, el resultado consolida una gran impresión de unidad global. El autor del libreto fue probablemente el poeta Picander, pseudónimo de Christian Friedrich Henrici (1700-1764), empleado entonces en el servicio de correos de Leipzig y al mismo tiempo colaborador habitual de Bach que escribiría los textos de las pasiones según san Mateo, San Marcos, del Oratorio de la Ascensión y de diversas cantatas profanas como la simpática Cantata del Café, entre otras… Picander concibió el texto del Oratorio de Navidad con una gran unidad de acción, empleando fragmentos extraídos de los Evangelios para los recitativos y dando al resto, de creación propia, una gran fuerza dramática unitaria. Ése es el principal motivo que genera la estrecha conexión entre las diferentes cantatas, y que ha hecho que la posteridad las haya recordado como Oratorio de Navidad a pesar de no tratarse de un oratorio en sentido estricto, tal como había cristalizado en Italia ya a principios del siglo XVII.

En aquellos días, las cantatas que hoy nos ocupan se interpretaron a menudo en las dos iglesias más importantes del casco antiguo de Leipzig: la Thomaskirche y la Nikolaikirche. Algunos días, concretamente el 25 y 26 diciembre y el 1 y 6 de enero, se interpretaron incluso una por la mañana y otra por la tarde.

LOS GRANDES MOMENTOS MUSICALES

La primera de las Cantatas, destinada al día de Navidad, describe el nacimiento de Jesús. Su Coro inicial «Jauchzet! Frohlocket!» (¡Alegraos, cantad felices!), con la sorprendente entrada de los timbales, es sin duda el momento más popular de todo el oratorio. Una página brillante donde se nos invita a cantar la alegría del nacimiento de Jesús que Bach extrae del inicio de la Cantata profana BWV 214. También encontramos una atractiva aria para contralto «Bereite dich Zion» (Dispón, Sión), donde la solista dialoga con el oboe de amor y el violín, seguida por la primera cita del célebre coral «O Haupt voll Blut» (Oh, cabeza ensangrentada) que Bach repite cinco veces en la Pasión según san Mateo; aquí se titula «Wie soll ich dich empfangen» (¿Cómo te recibiré?) y reflexiona sobre cómo tenemos que recibir al niño Jesús. La trompeta reaparece en la brillante aria del bajo «Großser Herr, o starker König» (Gran Señor, oh poderoso Rey) y también en el coral final «Ach, mein herzliebes Jesulein» (Ah, Jesús, amado de mi corazón).

La segunda cantata describe, como era habitual el día de san Esteban, la anunciación a los pastores. El elemento pastoral aparece claramente reflejado en la Sinfonía instrumental inicial, escrita, como todas las pastorales, sobre ritmo de siciliana, como acunando al recién nacido. Precioso el diálogo entre el tenor solista y el traverso en el aria «Frohe Hirten, eilt, ach eilet» (Apresuraos, alegres pastores, apresuraos). El aria para contralto «Schlafe, mein Liebster, genieße die Ruh» (Duerme, querido, goza del descanso) invita al recién nacido al dulce sueño, coloreada tímbricamente con el traverso y diversos oboes. En el singular coral final «Wir singen dir in deinem Heer» (Cantamos en tus huestes), Bach recupera el ritmo pastoral de siciliana.

La tercera Cantata, para el día de san Juan Evangelista, describe la adoración de los pastores. Comienza con el alegre coro «Herrscher des Himmels, erhöre das Lallen» (Soberano del cielo, escucha el balbucir), donde Bach recupera la sonoridad brillante con las trompetas, los timbales, los traversi y los oboes. También destaca el breve coro de pastores «Lasset uns nun gehen gen Bethlehem» (Vayamos a Belén), donde la agilidad refleja la prisa con la se que quiere ir a Belén. Más adelante, encontramos el dueto deliciosamente optimista «Herr, dein Mitleid, dein Erbarmen» (Señor, tu compasión, tu misericordia), donde soprano y bajo solistas dialogan con dos oboes de amor. Más introspectiva es el aria para contralto «Schließe mein Herze dies selige Wunder» (Guarda, corazón mío, esta feliz maravilla), donde el diálogo es esta vez con el violín. Para el coro final, Bach recupera la música inicial.

La cuarta Cantata, para el día de Nochevieja, describe la circuncisión y el bautismo de Jesús. El coro inicial a ritmo ternario «Fallt mit Danken fallt mit Loben» (Postraos agradecidos, postraos con alabanzas), extraído de la Cantata BWV 213, acentúa su carácter solemne gracias a la presencia de las trompas y los oboes. La carismática aria para soprano y oboe «Floßt, mein Heiland» (Infunde, Salvador mío) también procede de la Cantata BWV 213. Su personalidad viene marcada sobre todo por el uso de unos dulces y encantadores efectos de eco entre la voz y el oboe. En el aria da capo para tenor, dos violines y continuo «Ich will nur dir zu Ehren leben» (Quiero vivir sólo para honrarte), Bach exhibe su dominio del contrapunto con un irresistible y brillante contrapunto a cuatro voces.

La quinta Cantata, destinada al primer domingo después de Nochevieja, describe el viaje de los Reyes Magos. Comienza con el imponente coro «Ehre sei dir Gott gesungen» (Gloria se cante a ti, oh Dios) y se desarrolla toda ella con una sensible presencia coral, recordando en algunos momentos, como en «Wo ist der neugeborene König der Jüden» (Dónde está el recién nacido rey de los judíos), el estilo empleado por Bach en las escenas de turba de las pasiones. También destaca el color descriptivo de algunos recitativos como «Warum wollt ihr erschrecken» (¿Por qué os asustáis?), donde se habla de la amenaza del rey Herodes, o el inspirado trío de solistas «Ach, wenn wird die Zeit erscheinen» (¡Ay! ¿Cuándo llegará la hora?), maravillosa trenza sonora que nos anuncia que el tiempo de Jesús ya está aquí.

La última Cantata, destinada a la Epifanía, nos describe la adoración del pequeño infante por parte de los Reyes Magos. Comienza con la sonoridad brillante del coro «Herr, wenn die stolzen» (Señor, si lo orgullosos), con el refuerzo del uso recuperado de las trompetas. Ya en el aria para soprano «Nur ein Wink von seinen Händen» (A una señal de su mano) se proclama el poder de Dios. Los oboes que acabamos de escuchar irán reapareciendo en fragmentos posteriores como el aria para tenor «Nun mögt ihr stolzen» (Qué temor me podrán infundir), donde se ratifica la fuerza y el poder del recién nacido. Para el coral final «Nun seid ihr wohl gerochen» (Hemos sido resarcidos), Bach recupera nuevamente la melodía del mismo coral usado en la Pasión según san Mateo, que ya hemos mencionado en la primera cantata, pero esta vez aderezado con un preludio y un posludio, donde volvemos a encontrar trompetas y timbales para despedir esta magnífica epopeya musical navideña.

 

JOAN VIVES
Músico y divulgador musical

Traducción: Juan Gabriel López Guix

This site is registered on wpml.org as a development site. Switch to a production site key to remove this banner.