MARIN MARAIS
Pièces de viole des Cinq Livres

Jordi Savall

Alia Vox Heritage

32,99


Referencia: AVSA9872

  • JORDI SAVALL
  • Ton Koopman
  • Hopkinson Smith
  • Christophe Coin

 


Como muchos de sus contemporáneos, Marin Marais ha padecido la vecindad de músicos demasiado brillantes: entre Lully y Rameau, podemos también citar a Charpentier, Delalande, Campra o Couperin. Pero ¿y los demás? Los Destouches, Mouret, Marais, han palidecido junto a las estrellas de una época fecunda y desgarrada por polémicas violentas. La escuela de los clavecinistas y organistas, que no rivalizaba con el arte vocal de Lully, está todavía presente en el repertorio de nuestros músicos: D’Anglebert, Lebègue, Dandrieu, Grigny, Clérambault, todavía resuenan en nuestros instrumentos. Sin embargo, Marin Marais tuvo la mala suerte, además de componer óperas de forma contemporánea a Lully, de ofrecer la plenitud de su arte con un instrumento de la familia de los violines hizo caer en el olvido: la VIOLA DA GAMBA o BAJO DE VIOLA. Y tan sólo hoy hemos redescubierto la forma específica de interpretar ese instrumento y los compositores que lo ilustraron.

Nacido el 31 de mayo de 1656, hijo de un padre zapatero, Marin Marais fue primero corista en la iglesia parisina de Saint-Germain-l’Auxerrois, al mismo tiempo que otro niño de futuro prometedor, Michel-Richard Delalande (1656-1726), conocido sobre todo por su música religiosa. A los 16 años, abandonó el coro y se convirtió en alumno de Sainte-Colombe, virtuoso de la viola da gamba cuyos perfeccionamientos a la técnica del instrumento le habían permitido, según Hubert Le Blanc, «imitar los más hermosos atractivos de la voz» (Défense de la Basse de Viole, 1740). La viola da gamba se encontraba, en efecto, en el inicio de su popularidad en Francia. Ya en 1636, Marin Mersenne podía escribir en L’Harmonie Universelle: «Quienes han escuchado a excelentes intérpretes y buenos conciertos de violas saben que no hay nada más agradable después de las buenas voces que los movimientos moribundos del arco que acompañan a los temblores que se hacen en el mástil, pero como no es menos describir su gracia que la de un perfecto orador, hay que escucharlos para comprenderlos». La escuela inglesa, introducida en Francia por el violista de Richelieu, André Maugars, otorgó a la viola una técnica y un estilo propios, perfeccionados a continuación por maestros como Sainte-Colombe. De modo que Marin Marais se aprovechó de esa enseñanza y no tardó en superar a su maestro. Con 20 años, fue contratado en la Corte como “músico del rey” y nombrado en 1679 “ordinario de la Cámara del Rey para la viola”, cargo que ocupó hasta 1725, poco antes de su muerte. Su celebridad fue muy rápida: en 1680, era citado, junto a su maestro, entre los grandes virtuosos del momento. Dividía su tiempo entre los cargos en la Corte, la composición y la enseñanza de la viola.

 

MARIE-MADELEINE KRYNEN

Traducción: Juan Gabriel López Guix

+ Información en el booklet del CD

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