CHRISTOPH W. GLUCK
Don Juan · Sémiramis

Jordi Savall, Le Concert des Nations

17,99


Un año antes de su obra cumbre, Orfeo y Eurídice, Gluck ya renovaba en gran medida otro género musical, el ballet, al adaptar en 1761 una obra de Molière para el público vienés: Don Juan. Al año siguiente le seguiría otro, Sémiramis. Estas dos obras son innovadoras pues ofrecen por primera vez una narración coherente donde todos los recursos de la orquesta se ponen al servicio de la expresividad. Jordi Savall y Le Concert des Nations recuperan todos los colores de estas partituras y nos recuerdan que un cuarto de siglo antes que Mozart, otra destacada personalidad rondaba los escenarios de Europa con todo el poder evocador del que es capaz la música: C. W. Gluck.


ALIA VOX
AVSA9949

CHRISTOPH W. GLUCK
(1714-1787)
Don Juan · Sémiramis

Pantomime ballet by Gasparo Angiolini (1731-1803)
Librettist Ranieri de’ Calzabigi (1714-1795)

1-32. DON JUAN OU LE FESTIN DE PIERRE 42’48
33-49. SÉMIRAMIS 22’19

LE CONCERT DES NATIONS
Manfredo Kraemer premier violon
Direction : Jordi Savall

Recording made from 28 to 31 January 2022
at the Collegiate Church of Cardona Castle (Catalonia) by Manuel Mohino

Editing and SACD mastering: Manuel Mohino ARS ALTIS

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La danza escénica como experimento:
las músicas vienesas de ballet de Don Juan y Semíramis de Gluck

La segunda mitad del siglo XVIII es uno de esos períodos de la historia de la música caracterizados por el cambio y la innovación, por la ruptura de formas, géneros y estilos antiguos y la búsqueda de nuevas posibilidades de expresión. El musicólogo estadounidense Daniel Heartz describió de modo acertado esa etapa, que se desarrolló en el contexto histórico-cultural de la Ilustración europea, como los «años críticos de la historia musical europea». Es una afirmación especialmente cierta en el caso del teatro musical: casi al mismo tiempo, se llevaron a cabo en la ópera y la danza escénica audaces experimentos en varios centros culturales de Europa, entre ellos Viena. Fue ahí donde Christoph Willibald Gluck, con sus colaboradores Ranieri de’ Calzabigi y Gasparo Angiolini, ensayó nuevas posibilidades en la fusión de música y drama en la ópera y la danza.

Gluck había conocido años de éxito como compositor de óperas en Italia, antes de unirse como maestro de capilla a la compañía de ópera de Pietro Mingotti y establecerse finalmente en Viena en 1750. En Italia, se había ganado una reputación de talento musical tan prometedor como idiosincrásico: ya entonces se lo consideró «un joven de altísimas capacidades y espíritu fogoso» (Saverio Mattei, 1756) y ya entonces su lenguaje musical poco convencional provocó polémicas, como ocurrió en Nápoles en 1752, cuando las atrevidas progresiones armónicas y las disonancias expresivas de la famosa aria «Se mai senti spirarti sul volto» de su ópera La clemencia de Tito fueron criticadas por algunos como una transgresión de las reglas teóricas de la música y elogiadas por otros como innovaciones que marcaba el camino hacia el futuro.

IRENE BRANDENBURG
Universidad Paris Lodron de Salzburgo

Traducción: Juan Gabriel López Guix

+ Información en el booklet del CD

Críticas

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