ALFONSO FERRABOSCO
THE YOUNGER
Consort to the Viols 4, 5, & 6 Parts

Hespèrion XXI, Jordi Savall

15,99


Ref: AV9832

  • Jordi Savall
  • Hespèrion XXI

 


“No soy hombre de muchas palabras”: con esta frase se mostraba al mundo Alfonso Ferrabosco al presentar la publicación de sus obras. Esta hauteur mezclada con reserva (es como si estuviera diciendo: “valoradme como os apetezca”) parece insinuar que la propia reputación es cosa poco importante y vale más dejar que otros discutan sobre ella, lo cual constituye una postura poco frecuente, como la de alguien a quien la fama le va a coger desprevenido. Sin embargo, los manuscritos musicales ingleses dan fe de la condición de Ferrabosco como compositor de la corte de la época, al citarlo de paso como Alfonso o AF. Luego están sus contemporáneos, que hablan de él con mucho respeto, utilizando un lenguaje casi tan conciso como el suyo. El autor teatral Ben Jonson, colaborador de Ferrabosco en las masques (mascaradas) de la corte, decía que era “un hombre que se había hecho a sí mismo y que dominaba todas las manifestaciones de la Musique”. Jonson, que era cauto en sus palabras y reservado en sus elogios, escribió no uno, sino dos poemas de alabanza a las obras publicadas por Ferrabosco. No sólo resulta una lástima que no exista ningún retrato suyo, en esa época en que los músicos empezaban a mostrar cada vez más una imagen pública como compositores-intérpretes virtuosos, sino que además nos enfrentamos a la habitual escasez de material biográfico. Para retratarlo, pues, no nos queda más que la imaginación. Quizás lucía los mechones despeinados típicos del artista, –como los de los grabados de la obra editada de Frescobaldi, músico de talento comparable–, donde el genio creativo parece manifestarse en todo su esplendor. El poeta y compositor de canciones Thomas Campion es quien más se acerca a describirnos el aspecto que podía tener Ferrabosco, al llamarlo “viva imagen de Alfonso padre”, cumplido que, aunque pueda parecer cariñoso, encierra una trampa a la larga, ya que a nadie le puede gustar ser comparado con un padre famoso. Así, es su música, subestimada durante tanto tiempo, la que debe hablar por él, en el lenguaje que le es propio. Lo mejor de la obra de Ferrabosco goza de una monumental calidad escultural, lo que puede parecer desalentador, ya que resulta difícil “moverse a su alrededor”. Los fragmentos de su vida que conocemos, su infancia desdichada y la fama que le siguió, explican de alguna manera tanto el heroísmo como la reserva que encontramos en su obra.

 

DAVID PINTO

Traducción: Traduit.com

+ Información en el booklet del CD

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