FARNACE Antonio Vivaldi

Jordi Savall, Le Concert des Nations

21,99


Reference: AV9822

  • Jordi Savall
  • Le Concert des Nations

Esta grabación de la ópera FARNACE de Vivaldi, se presenta por la primera vez de forma completa con todas las Arias y Coros correspondientes a la versión de 1731, (y con la recuperación del recitativo accompagnatto de Tamiri de 1738). Por razones históricas y conceptuales cada uno de los tres actos es precedido de diferentes ejemplos de la versión de Corselli que presentó en Madrid el 1739. Todo ello se ha estructurado a partir de una selección de los mejores momentos interpretados en vivo durante las dos últimas representaciones realizadas en el Teatro de la Zarzuela los 26 y 28 de Octubre del 2001. Por ello es necesario recordar que las diferencias de sonido o de ambiente, que en algunos pocos momentos parezcan afectar la estabilidad del canto o dar la impresión de estar excesivamente lejanos, son justamente debidas a las particulares necesidades de la posición escénica de los cantantes. Los pequeños inconvenientes que ello pueda ocasionar son compensados ampliamente por la enorme espontaneidad de los Recitativos y la sincera emoción de las Arias, en las que los cantantes improvisan verdaderamente algunas ornamentaciones en los da capo, más o menos según las posibilidades y el carácter del Aria en cuestión.

Una Ópera es siempre un espectáculo global, en el cual texto, declamación, música, canto, danza y teatro dialogan y se unen en un objetivo común: hacernos soñar a través de un mundo utópico, pero siempre lleno de magia, de belleza y de emoción.

Jordi Savall
Madrid, Octubre 2001


ARGUMENT

Primer Acto
Farnaces, rey del Ponto –hijo y sucesor de Mitrídates, el gran opositor del Imperio Romano–, ha sido derrotado y expulsado de Heraclea, capital del reino póntico. Las súplicas de su esposa Tamiri no logran hacerle desistir de sus propósitos de revancha y, ante lo dudoso de su victoria, le ordena que, tras sacrificar al hijo de ambos, se dé muerte a sí misma antes de caer en manos del enemigo. Aparece Berenice, reina de Capadocia y madre de Tamiri, la cual, por odio a Farnaces, se ha aliado con Pompeyo, jefe de las tropas romanas vencedoras, pactando con él la muerte del derrotado rey. Selinda, hermana de Farnaces, apresada por el perfecto romano Aquilio, logra seducir a éste, así como a Gílade, capitán de Berenice, con el propósito de enfrentar a ambos y así favorecer la causa de su hermano. Entretanto, Tamiri decide salvar a su hijo ocultándolo en la pirámide, sepulcro de los Reyes del Ponto, hecho lo cual, y cuando se dispone a matarse con el puñal que le había entregado su esposo, aparece Berenice impidiéndoselo. Madre e hija discuten. La llegada de Pompeyo con su séquito refuerza el clima de odio.

Segundo Acto
La propuesta de elección entre Gílade y Aquilio para amante de Selinda va empezando a ser útil a la estrategia de ésta, que finge rechazar a ambos. Berenice, que ha ordenado la búsqueda de Farnaces y de su hijo, se enfrenta con su capitán. Mientras tanto, Farnaces, desesperado, intenta suicidarse, pero la aparición de Tamiri detiene el golpe, que se trueca en improperios a ésta por su desobediencia, si bien Tamiri hace creer a su esposo que ha cumplido la orden respecto a su hijo. Irrumpe Berenice –oculto Farnaces– ordenando la destrucción del mausoleo, ante lo cual Tamiri descubre y presenta a Berenice a su nieto, suplicándole piedad, pero la madre repudia a si hija llevándose al niño. en las estancias reales, Selinda suplica a Gílade que salve a su sobrino, mientras que a Farnaces, que ha entrado furtivamente en el palacio, le ofrece la ayuda que espera de Gílade y Aquilio, que Farnaces rechaza. Ambos capitanes abogan ante Berenice por la vida del niño heredero, cuya custodia es encomendada a Aquilio por Pompeyo.

Tercer Acto
En la llanura de Heraclea están reunidos Berenice y Gílade con Pompeyo y Aquilio con las tropas romanas. Ella exige a Pompeyo la muerte del hijo de Farnaces, ya que no puede matar al Rey del Ponto, ofreciéndole a cambio la mitad de su reino, al igual que hace Tamiri suplicando al general por la vida de su hijo. Selinda arranca a Gílade la promesa de matar a Berenice, al mismo tiempo que convence a Aquilio para que asesine a Pompeyo. Llega Farnaces en el instante en que, coincidiendo con Aquilio, ambos se disponen a matar al general romano. La acción resulta fallida y Pompeyo interroga al guerrero sin sospechar que se trata del rey; la llegada de Berenice desvela su identidad y Farnaces es encadenado, siendo finalmente liberado por Gílade y Aquilio que, al tiempo, intentan matar a Berenice. Pompeyo salva la vida de la reina de Capadocia y, haciendo gala de clemencia, perdona y convence a Berenice para que deponga su odio a Farnaces, con quien se reconcilia y al que abraza como hijo.

Julián García León

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