EL NUEVO MUNDO. Folías Criollas
Hespèrion XXI, Jordi Savall, La Capella Reial de Catalunya
17,99€
Referència: AVSA9876
- Montserrat Figueras
- TEMBEMBE ENSAMBLE CONTINUO
- LA CAPELLA REIAL DE CATALUNYA
- HESPÈRION XXI
- Jordi Savall
“Canta como una calandria, danza como el pensamiento, baila como una perdida”
Miguel de Cervantes; El Quijote (Parte 2ª, cap. XLVIII)
“Vida bona, vida bona,
esta vieja es la Chacona.
De las Indias a Sevilla
ha venido por la posta.”
Lope de Vega, El amante agradecido(Acto II)
Como la Chacona descrita como “esta indiana amulatada” por Miguel de Cervantes (La Ilustre Fregona), la gran mayoría de músicas que se desarrollaron a partir del “descubrimiento” y la conquista del Nuevo Mundo, conservan esta mezcla extraordinaria de elementos hispánicos y criollos influenciados por las tradiciones indígenas y africanas. Como continuación al primer proyecto Villancicos y Danzas Criollas; De la Iberia antigua al Nuevo Mundo esta nueva selección de “Sones y Folias Criollas” para cantar y bailar, han sido realizados esta vez con la participación de Montserrat Figueras y los colaboradores esenciales de La Capella Reial de Catalunya, de Hespèrion XXI y además de diferentes músicos invitados de Argentina, Colombia, Venezuela y de México como el Tembembe Ensamble Continuo.
Descubrimos la existencia de este grupo a finales del 2007, durante la preparación y discusiones sobre las músicas para proyecto del film “El Baile de San Juan” con el director Francisco Athié. Sus interpretaciones nos gustaron, por lo que al recibir unos meses más tarde la invitación para actuar en el Festival Cervantino con un proyecto de colaboración entre Catalunya y México, propusimos hacer un programa sobre los sones y danzas de La Ruta del Nuevo mundo, en colaboración con ellos. Este proyecto lo presentamos en Guanajuato (18 octubre 2008), Barcelona (7 enero 2009) y en Fontfroide (1 de agosto 2009), donde finalmente, realizamos la mayor parte de esta grabación, completada en la Colegiata de Cardona en Enero de 2010.
La escucha de estos Sones y Folias Criollas interpretados con gran variedad de ritmos y melodías, de instrumentos antiguos y populares, de cantos viejos y de letras nuevas, nos produce emociones y vivencias muy parecidas a las que se pueden experimentar la primera vez que se viaja a alguna de las ciudades históricas de un país latino-americano; el sentimiento impresionante de hacer un viaje en el tiempo, sin dejar de vivir el presente. Pasearse por las calles de un pueblecito situado a un centenar de kilómetros de Bogotá (en el Otoño de 1970) fue tan sorprendente como el descubrir la existencia de un lugar y una sociedad que conservaba perfectamente la atmósfera de un pueblo andaluz de principios del siglo XVI.
No olvidemos, como nos recuerda Antonio García de León Griego, en su profundo trabajo “El Mar de los Encuentros”, que desde Andalucía, pasando por las Islas Canarias, llegaron al Nuevo Mundo una compleja sociedad, compuesta de marineros y soldados, nobles y religiosos, músicos y comerciantes, aventureros y esclavos africanos, y toda clase de individuos ávidos de riqueza rápida y fácil, que producirá un gran mestizaje cultural y sobre todo lingüístico, con la adopción de elementos autóctonos, reflejados especialmente en las músicas y en las lenguas utilizadas en el transcurso de la posterior conquista de todo el continente. A medida que los conquistadores van adentrándose a este “Nuevo Mundo” totalmente desconocido, van incorporando a sus músicas la gran mayoría de influencias locales, y a su lenguaje corriente, las denominaciones originales de las lenguas autóctonas, sobre todo de los nombres de objetos, animales y plantas, ritos y costumbres propios del nuevo mundo. La consolidación de la conquista de estos territorios tan inmensos se realiza con una intensa explotación y una esclavización generalizada, destruyéndose así un verdadero Paraíso Terrenal que constituía el conjunto de islas del Caribe y todas las culturas y lenguas antiquísimas que perduraban en todo el continente hasta la llegada de Cristóbal Colón. Solamente medio siglo después del “descubrimiento”, la casi totalidad de estas lenguas –de origen arahuaco, tupo-guaraní o chibchas– se habían extinguido en las islas del Caribe, junto con sus habitantes. Como la música, las pocas que sobrevivieron, se constituyeron en hablas y músicas criollas, a través de su contacto con la lengua, la música y las tradiciones de los conquistadores.
Este proyecto que quiere contribuir a la recuperación y difusión de la memoria de estas músicas sobrevivientes, por haberse conservado vivas desde tiempos antiguos, –en zonas muy a menudo apartadas de las grandes ciudades–, es también un sincero homenaje a todos los hombres y mujeres, casi siempre anónimos, que con su sensibilidad y talento musical y su gran capacidad de transmisión, han contribuido a su permanencia hasta nuestros días. Los Sones y Folias Criollas de este Nuevo Mundo nos muestran un fascinante diálogo entre estas músicas “sobrevivientes” en las tradiciones orales Llaneras, Huasteca y en los repertorios populares anónimos y mestizos, influenciados por las culturas náhuatl, quechua y africana, y las músicas históricas conservadas en los manuscritos e impresos de la época, en la vieja y la Nueva España renacentistas y Barrocas. Un diálogo que será siempre actual, gracias al talento improvisatorio y expresivo, y al rigor y a la fantasía musical de todos los intérpretes del viejo y del nuevo mundo, que creen en el poder de la música y la conservan y la utilizan, –gracias a su belleza, emoción y espiritualidad– como uno de los lenguajes más esenciales del ser humano.
JORDI SAVALL
San Francisco, 17 de marzo 2010
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