J.S.BACH Messe en si mineur BWV 232
Jordi Savall, La Capella Reial de Catalunya, Le Concert des Nations
21,99€
Referència: AVDVD9896
- Jordi Savall
- La Capella Reial de Catalunya
- Le Concert des Nations
Johann Sebastian Bach (1685-1750) edificó durante los últimos años de su vida el monumental corpus musical que podemos considerar como su «testamento» y en el cual cabe incluir La ofrenda musical, El arte de la fuga, y la Misa en si menor. Esta última obra sintetiza a la perfección todo el saber, el talento en el arte de la composición (esencialmente, en el contrapunto) y la capacidad inventiva de ese músico, su extraordinario sentido de la forma, la estructura y el número.
Johann Sebastian Bach (1685-1750) edificó durante los últimos años de su vida el monumental corpus musical que podemos considerar como su «testamento» y en el cual cabe incluir La ofrenda musical, El arte de la fuga, y la Misa en si menor. Esta última obra sintetiza a la perfección todo el saber, el talento en el arte de la composición (esencialmente, en el contrapunto) y la capacidad inventiva de ese músico, su extraordinario sentido de la forma, la estructura y el número.
En esta grabación en directo presentamos nuestra versión de la Misa en si menor tal como se interpretó el 19 de julio del 2011 en el marco del VI Festival de Fontfroide 2011 y después del trabajo realizado en la fase final de perfeccionamiento en la II Academia de Investigación e Interpretación. La obra está considerada como una de las utopías musicales más notables: una misa católica compuesta por un luterano y que, sin poder inscribirse en la liturgia de ninguna de las dos confesiones, constituye una de la obras capitales de todos los tiempos.
Para esta interpretación se constituyó una academia. Se seleccionaron mediante convocatoria pública abierta a todos 27 jóvenes músicos procedentes de Alemania (2), Bélgica (1), Venezuela (1), Cataluña (8), España (4), Francia (2) Israel (1), Italia (3), Japón (1), Noruega (2), Polonia (1) y los Países Bajos (1). Juntos, constituyen el grupo de los Solistas, el Coro favorito y el Gran coro de La Capella Reial de Catalunya, así como los solistas instrumentales de la orquesta con instrumentos de época Le Concert des Nations.
Esta obra ha seguido un camino tan laborioso como espectacular para llegar hasta nosotros. Una primera interpretación parcial tuvo lugar en 1786. Luego, el Credo dirigido por el segundo hijo de Bach, Carl Philipp Emanuel, se interpretó en un concierto. La primera interpretación completa fue dirigida en 1811 por Carl Friedrich Zelter en la Academia del Canto de Berlín. Las interpretaciones actuales –con grandes coros, orquesta sinfónica o con coro de cámara y orquesta con instrumentos de época, sin olvidar las versiones «minimalistas» (con diez cantantes como máximo)– son numerosas. Tienen dos denominadores comunes: el reconocimiento universal de su carácter excepcional, su belleza, su dimensión espiritual, y el desafío de enfrentarse a su gran complejidad combinado con la dificultad que eso representa aun hoy en este principio del siglo XXI.
La materialización de nuestro proyecto de Misa en si menor con La Capella Reial de Catalunya y Le Concert des Nations se basó en un nuevo enfoque de los diferentes criterios fundamentales relativos a la concepción, la organización y la interpretación tanto de la obra en sí misma como de los medios necesarios para su realización. Situando la Misa en el contexto de su tradición y su historia, decidimos utilizar un equipo vocal e instrumental propio según lo que consideramos las exigencias de la partitura, la práctica y el estilo de la época (renunciando sin más a las voces blancas).
1. Un conjunto de voces de 27 jóvenes cantantes profesionales que se reparten las responsabilidades en aires, cuartetos y quintetos a soli («coro favorito») y forman los grandes conjuntos («gran coro»).
2. Un conjunto de instrumentos de época exigidos por Bach : 12 instrumentos de viento y 13 instrumentos de arco. Un organo di legno se encarga del bajo continuo que, según la estética de Bach, «es el fundamento más seguro de la música»; una música que, según añadió, tenía «como causa y fin últimos honrar a Dios y recrear el espíritu».
Reconsiderando la distribución y la participación de los efectivos vocales según las necesidades reales de la composición y siguiendo la tradición de las obras anteriores a Bach, como las de Schütz, Biber o Rosenmüller, hemos retomado la utilización del «coro favorito» (entre 4 y 10 voces solistas) en oposición al de la «capilla» (un conjunto de entre 21 y 27 voces que forman el «gran coro»). Según el prólogo de Schütz a su obra policoral Los Salmos de David (1619), el «coro favorito» tiene que ir siempre acompañado del bajo continuo (órgano), mientras que la «capilla» es sostenida por los instrumentos colla parte y reúne todas las voces para obtener un conjunto contrastado. De acuerdo con este criterio, en la Misa en si menor, el «coro favorito» interviene cada vez que el acompañamiento instrumental de las voces se reduce a dos flautas, cuerdas y violines (Qui tollis, Et incarnatus, principio del Credo) o a un simple bajo continuo (Confiteor), mientras que la orquesta interviene con todo sus efectivos o dobla las voces colla parte cuando acompaña a todas las voces cantantes («coro favorito» y «gran coro» juntos). De este modo, el equilibrio entre las voces y los instrumentos es mucho más sutil, y los contrastes entre momentos íntimos y exultantes, más marcados.
Otro aspecto fundamental en la interpretación es la declamación y la articulación del texto, que es también el inspirador de todo el fraseado y las articulaciones instrumentales. Siguiendo una perspectiva realista, hemos optado por una pronunciación del latín partiendo de una idea de síntesis: base germánica y detalles de conocimiento del latín romano antiguo (un sonido susceptible de ser realizado por un cantante culto de lengua alemana con el acento propio de su lengua en las vocales –algo muy difícil de modificar–, pero que conoce las diferencias de la pronunciación latina en las consonantes).
Abordar la Misa en sí menor constituye un auténtico desafío para cualquier intérprete puesto que la dimensión espiritual y estética de la obra y su perfecto equilibrio entre virtuosismo, emoción, pureza y elocuencia alcanzan unos niveles de lenguaje musical extremos que la sitúan en la dimensión más elevada y más universal jamás alcanzada por el hombre. Esta obra resumen el saber de toda una vida en la que el pasado (stile antico) y el presente (barocco y galante) se combinan para permitirnos entrever el futuro de un lenguaje musical verdaderamente universal y trascendente.
JORDI SAVALL
Bellaterra, otoño del 2012
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